Narrada desde la perspectiva de los supervivientes, especialmente mujeres, es un himno a la reconciliación desde la memoria que busca la verdad. La fe católica se muestra con intensidad en distintos momentos pero de forma más contundente en los últimos minutos. Así el último plano es un icono que no conviene olvidar y menos enterrar. Lástima que, también en este caso, el público se mueva más por la publicidad manipuladora que por la elección del buen cine.
Prof. Peio Sánchez
Departamento de Cine
Arzobispado de Barcelona
(tomado de: "Las diez mejores películas del cine espiritual del 2009" en http://www.ciudadredonda.org/)
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