Clint Eastwood es uno de los grandes maestros que en los últimos años hemos señalado, y probablemente señalaremos, como una de las filmografías de más interés espiritual.
En Gran Torino ha sabido contar una historia sencilla como una enorme fuerza dramática planteando temas espirituales de calado como el sentido del perdón, la redención como sacrificio o el camino de conversión.
La experiencia con el público nos permite afirmar que es una película que llega profundamente a los jóvenes y a los adultos. Y desde el punto de vista cristiano no solamente presenta una imagen positiva de la Iglesia representada en el padre Janovich sino que también ofrece una poderosa imagen crística en las decisiones finales del protagonista.
Prof. Peio Sánchez
Departamento de Cine
Arzobispado de Barcelona
(tomado de: "Las diez mejores películas del cine espiritual del 2009" en http://www.ciudadredonda.org/)
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